JOSÉ EMILIO GERRERO
Profesor titular de la Universidad de Córdoba.
Voy a abordar un tema medular: las relaciones rural-urbano, en el sentido más amplio.
1ª Parte. La primera parte de mi intervención la dedicaré al cambio del paradigma en estemomento, cuáles son las causas y tendencias en la relación entre rural y urbano:
· En mi opinión, el mundo rural es infinitamente más complejo ahora que hace diez, veinte o treinta años. Estamos de lleno en un paradigma de sociedad de la información y el conocimiento que atañe al mundo rural en toda su dimensión y que genera pautas, oportunidades, reflexiones… totalmente distintas.
· Los espacios políticos en el mundo están cambiando a paso de gigantes y esto influye de forma importante en las relaciones rurales y urbanas. El caso más cercano que tenemos es la UE, somos 25. Hay que tener en cuenta cómo se está estructurando el mundo en espacios geopolíticos: el tratado de libre comercio de México con América del Norte y Canadá, MERCOSUR, China, la Organización Mundial del Comercio… se están estableciendo unas tramas geopolíticas que nunca han sido tan intensas y tan condicionadoras de qué es lo que podemos hacer cada uno en nuestro territorio.
· Los cambios sociales. La percepción que tenemos de la naturaleza, la dimensión humana de las relaciones de unos con otros, la construcción de los territorios. Los cambios sociales son evidentes en temas como la pirámide poblacional, el tamaño medio de las familias, las relaciones entre generaciones padres- hijos… etc.
· La complejidad y relación entre diferentes políticas. Hace poco era razonable hablar de políticas sectoriales con cierto sentido común y hoy hay una maraña de políticas interactivas, no es posible hablar de políticas sectoriales y tenemos que aplicar lógicas trasversales.
· Otro aspecto esencial es el papel de lo público y lo privado. Ha ido cambiando nuestra percepción de la participación pública y privada y de cómo queremos intervenir en un ámbito u otro.
· El paradigma de flexibilidad y adaptación a los cambios está muy presente. Todo cambia a ritmo vertiginoso y lo razonable parece que no es quedarse en el mismo sitio.
· La progresiva globalización en muchos aspectos.
· La importancia del enfoque territorial. En estos foros vemos con claridad que no es tan sencillo diseñar políticas territoriales, es más bien complejo.
· Casi siempre se han hecho políticas de actores y territorios y hay una nueva dimensión que es la sinergia de los actores y territorios.
· La fuerte concentración de la demanda en sentido amplio, no estrictamente alimentario.
· Mercados y consumidores más informados.
· Agricultores, en el sentido genérico, más formados.
· Nuevas relaciones urbe-campo y público-privada.
· La cohesión territorial y social como dos valores del estado de bienestar importantísimos.
No podemos hacer políticas que generen marginalidad o falta de cohesión.
· La sostenibilidad y la mirada intergeneracional en el sentido más amplio de la palabra: cultural, económico, ecológico… etc.
· Un aspecto que cada vez está más presente es la necesidad de innovación, educación y formación permanente en un contexto supranacional. No tenemos suficientes puertas como para seguir aprendiendo de forma continua en un ámbito endogámico en ninguno de los casos, no es posible en estos momentos.
Respecto a las causas y tendencias que están, desde mi punto de vista, subyacentes en un nuevo estilo de relación entre rural y urbano:
· La interdependencia de los modos de vida rural y urbano. Cada vez estás más mezclados.
· El incremento de los procesos de consumo social cruzado. Es decir, hay más personas del ámbito urbano que consumen, en el sentido genérico de la palabra, en el espacio rural, y del espacio rural que consumen en lo urbano.
· La necesidad de una concepción amplia de sostenibilidad para incluir dimensiones como la económica, la social, la cultural, la institucional y la de gobernanza. Los territorios hay que gobernarlos de forma sostenible y evitar crisis en el sentido probabilístico de la palabra, hay que quitar ansiedades…
· El desequilibrio existente entre los actuales flujos rural-urbano es importante y es una causa y una tendencia simultáneamente.
· La falta de sostenibilidad de las demandas de artificialización del espacio; estamos teniendo graves conflictos de artificialización en muchas zonas.
· La ausencia de aproximaciones de precisión; el territorio es complejo, está lleno de texelas interactivas y necesitamos mecanismos, percepciones y reflexiones que nos permitan tratar las relaciones entre estas diversidades… necesitamos maquinarias de precisión.
· Los patrones de planificación son estáticos y monodimensionales; nos quedamos en discursos, todo es multidisciplinar, trabajo en red… pero cuando llegamos a la realidad y nos ponemos a planificar ante una hoja en blanco, nos convertimos en planificadores bastante estáticos y monodimensionales.
· La tendencia a considerar los límites administrativos del territorio como delimitadores de espacios estancos; por muy bien intencionado que sea hablamos de la provincia, del municipio, del grupo de municipios, del grupo de desarrollo rural… esto necesita un cambio importante, necesitamos un paradigma de geometría variable; algo que vaya conformando su frontera.
· La falta de conexión con las demandas locales. Creo que la mayor parte de las veces que se planifica no funcionan bien las relaciones de retroalimentación donde se coloque en el sitio que corresponde las demandas locales.
· Se está simplificando los territorios urbanos, rurales y sus conexiones. Lo veo un problema complejo; se puede simplificar con conocimiento, pero no sin él.
· El déficit de investigación, formación e innovación es más que patente.
· El escaso conocimiento y la falta de aplicación de instrumentos sociales para regular unas relaciones sostenibles rural-urbano. A duras penas estamos creando una institucionalidad en los espacios rurales y urbanos, pero todavía no ha emergido con la fuerza necesaria esa nueva institucionalidad; es uno de los grandes retos.
· La ausencia de mecanismos para propiciar organizaciones inteligentes, con capacidad de aprender.
2ª Parte. Algunos aspectos conceptuales para construir territorios, cómo mantenerlos y gobernarlos. Es un tema complejo y nada más voy a compartir algunas pinceladas:
· Cataldi S., un pensador italiano del siglo XVI, decía que «el hombre modela la naturaleza hasta que la transforma gradualmente en su tierra». Tenemos un proceso de artificialización de la naturaleza.
· Bruntland en el año 1987 decía que «la humanidad tiene la capacidad de hacer desarrollo sostenible, asegurando las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades». El problema de domesticar la naturaleza no es simple. Pero ¿qué es domesticar la naturaleza? ¿quién lo hace? ¿cómo ocurre? ¿por qué?¿quién se beneficia? ¿quién gana o quién pierde con esa domesticación? Para domesticar la naturaleza y cambiar todo lo que tenemos hay que responder a estas preguntas.
Otro elemento importante que está en la mente de todos es la jerarquía, pero no en el sentido de yo mando y tú ordenas, sino como un sistema interconectado de comportamiento desde donde los niveles superiores controlan a los niveles inferiores en varios grados, dependiendo de las constantes de tiempo de su comportamiento.
Esta imagen no es exhaustiva pero la jerarquía de la toma de decisiones refleja que entre estos dos paraguas tenemos lo que podíamos denominar la zona lícita de actuación, de toma de decisiones, y hay unas limitantes físicas que ha nadie se les permite transgredir (la envolvente física, casi nadie la discute).
Luego vienen las limitantes químicas y geomorfológicas, las biológicas, las ecológicas, las sociales, las tecnológicas, las económicas y las políticas y todas tienen que convivir en una red. Esto es enormemente importante porque hay que buscar espacios de solución, esto es un sistema de jerarquía, no quiere decir que una mande más que otra sino que la envolvente es distinta.
Dentro de lo que está dentro de la parábola hay cosas que son ilícitas. Hay cosas que son ilícitas hacerlo políticamente, socialmente o económicamente y sería posible hacerlo desde el punto de vista físico.
En el sentido de la jerarquía, lo que aparece en el centro es lo que podríamos denominar espacio de solución. Aquí tenemos en este eje los actores del proceso y, por simplificar, dos corrientes de decisión: ecocentrismo y antropocentrismo -la especie humana en el centro de las decisiones y la naturaleza fuera-. Nuestro problema está en encontrar este espacio.
Aunque todo el mundo sabe qué es territorio me gustaría hacer una reflexión. Es la porción de la superficie terrestre o acuática perteneciente a un predio, región o país, ocupado por actores sociales donde se dan relaciones mutuas. Pero las relaciones del actor con el territorio son muy distintas y las soluciones son muy diferentes.
Hay actores que tienen una relación con los territorios de pertenencia (mi linde, mi finca); hay relaciones de devoción, lealtad, protección, amor, dominio, adecuación, control y patria y muchas de ellas conjuntamente.
Otro concepto que ha ayudado en muchas zonas del mundo es el de uso múltiple, un principio que establece que naturaleza y territorio deben ser racionalmente destinados para la mejor combinación de usos de acuerdo a sus limitantes, potencialidades y capacidad de articulación tecnológica. Normalmente no tenemos unos usos únicos, sino que hay que diseñarlos para una mejor combinación, tiene que haber unas funciones de transferencia entre unos usos y otros.
Muchas veces se habla de la dimensión de la sostenibilidad y aunque esta lista debería ser interminable deben tenerse en cuenta como aspectos cruciales:
· Seguridad alimentaria, en inocuidad, abastecimiento…
· Empleo y generación de ingresos. Es muy importante en nuestra cultura.
· Conservación de recursos naturales y ambientales.
· Participación ciudadana. En muchas partes del mundo cuando hay instituciones públicas muy fuertes el espacio para la participación se restringe enormemente y la gente se acostumbra a no participar.
Otro concepto para buscar soluciones lo denomino receptividad tecnológica, que es la cantidad y calidad de tecnología que puede aplicarse a un ecosistema en términos de input y de estructuras de artificialización o modificación de su arquitectura, para producir un efecto en el output, sin deteriorar la sostenibilidad del sistema. Hay que plantearse ¿qué receptividad tecnológica tengo? ¿puedo introducir cualquier cosa? No es algo sencillo, tiene dimensiones políticas, económicas, religiosas, alimentarias, de uso del territorio…
En la historia de la especie humana y su relación con la naturaleza pueden distinguirse diferentes etapas:
1. Primera etapa: naturaleza contra sociedad (dualismo). El hombre primitivo enfrentándose con las alimañas, la naturaleza se comía a la especie humana.
2. Segunda etapa: sociedad contra naturaleza (dualismo). Hemos agredido a la naturaleza.
3. Tercera etapa: sociedad y naturaleza (monismo). Deberíamos estar próximos a esta etapa en la que las dos sean parte de un todo.
Existe un estudio clásico de evolución de la transformación naturaleza del año 1831 a 1950 que refleja cómo se ha ido acomodando. Además, existe un ejercicio que siempre hacemos a los alumnos, les planteamos aquí tenéis una cuenca, y les pregunto dónde pondrían una casa, dónde el vertedero, el campo de maíz, el bosque, la pradera, las viñas, la industria, la fauna silvestre… Es un ejercicio magnífico para entender las relaciones que hay.
Al final llegas a las pautas de racionalidad y coherencia con que se han ido colocando determinadas cosas. Así, el espacio podría contemplarse desde el punto de vista estético, cognoscitivo, deóntico (lo que debería de ser), como propiedad… las percepciones del espacio no son una cuestión tan sencilla. Por el método de ensayo y error se han construido algunos territorios que son realmente atractivos en sus múltiples dimensiones porque ha sido un proceso de integración.
En definitiva, tenemos el territorio, la tecnoestructura (medio para alcanzar un fin), los actores sociales, toda la articulación, limitantes y potencialidades y al final organizamos los sistemas y ordenamos y construimos territorio. Son importantes las características ecorregionales, la receptividad tecnológica, las funciones, los caprichos de los actores… he tenido oportunidad de trabajar en el diseño de fincas y los caprichos individuales y grupales son importantes.
Del análisis técnico y académico de este tipo de decisiones se ha ido generando a lo largo del tiempo lo que llamamos un índice de diversidad tecnoestructural y un índice de tecnonaturaleza predial, en definitiva índices de diversidad. ¿Cómo hacemos? Tengo este campo, aquí pongo las casas, las cuadras, la naturaleza…
Solemos tener en cuenta en un territorio la intensidad tecnológica, la mano de obra, la receptividad tecnológica y la diversidad para aprender qué es lo que está pasando con determinados territorios. Intentar sistematizar toda esta huella ecológica y de percepciones de las relaciones con un sistema que nos permita describir, ser prospectivos y ayudar a construir el futuro es enormemente importante.
Hay unos cuadros clásicos que hablan de la vulnerabilidad de los ecosistemas y son tres grandes tipologías:
· Ecosistema de alta vulnerabilidad: con altas tasas de ilícito. Los beneficios de artificializar el ecosistema se alcanzan rápidamente y se vuelven planos. Sin embargo, los costes adicionales de artificialización se disparan exponencialmente.
· Cuando estamos en una situación de vulnerabilidad baja, los beneficios de artificialización se mantienen durante bastante tiempo hasta que se estabilizan y los costes no han subido tanto.
· En los sistemas de vulnerabilidad media, al estilo clásico, encontramos un punto de encuentro entre los costes y los beneficios de artificialización de la naturaleza.Cuando estamos trabajando hay un gráfico en el que se tiene en cuenta la equidad (proceso de transacciones), la sustentabilidad ambiental (proceso de manejo ambiental) y el crecimiento económico (proceso de materialización) y normalmente el espacio de solución está en el triángulo que se crea entre estos tres ejes. Deberíamos estar en un punto de solución muy cercano al máximo de sustentabilidad ambiental, muy cercano a un máximo de equidad y con un potencial económico todavía lejano al centro. También podría optase por un punto de solución de 100% beneficio económico y 0% de sustentabilidad ambiental, pero normalmente nos vamos a mover en este triángulo y el reto está en medir las funciones de intercambio.
Este es un concepto enormemente importante para la gobernabilidad de los territorios desde mi punto de vista, el reto está en las funciones de intercambio del territorio. Es decir, ¿qué cambio? Todos los territorios tienen especifidades y pueden producir servicios ambientales, económicos, culturales… con una especialización determinada. Ahora yo puedo intercambiar el potencial de suministrar servicios culturales, ambientales, ecológicos, económicos, culturales… aquí está el paradigma de la solución.
Hay un elemento clave, para que pueda haber unas funciones de intercambio razonables tiene que haber umbrales de servicios culturales, económicos y ambientales en cada parte del territorio. Uno puede intercambiar cuando está comido, cuando tiene bien mantenida su estructura ecológica y cultural, cuando hay unos mínimos; puede decir yo produzco más servicios ambientales, dame más servicios culturales, más socialización, más servicios económicos y yo te doy más servicios ambientales pero en una función de intercambio perfectamente reglada.
No son sostenibles los flujos que hemos asignado a los territorios naturales y a los urbanos; hay un desequilibrio. Hemos asignado roles pero no hay un intercambio de flujos sostenible en este contexto. Por resumir, hay que plantear ¿qué es lo que hemos incorporado hasta ahora con las praxis que tenemos y con la diversidad de territorios?
· Una frontera territorial expandida. Hemos ido a todos los sitios, hemos puesto casa en todos los sitios, hemos puesto de todo en todos los sitios.
· Cierta inserción tecnológica.
· Desarrollo de la economía.
· Hemos desarrollado en bastante medida la imprudencia en relación con la naturaleza y los flujos desequilibrados.
¿Qué es lo que no hemos incorporado el menos en toda su dimensión?
– Medio ambiente
– Huella y mochila ecológica
– Energía
– Actores sociales
– Agua
– Paisaje
– Capacidad de acogida
– Equilibrio territorial
– Ordenación territorial
– Sostenibilidad
– Negocio
– Uso múltiple
– Integración urbano-rural-natural
– Receptividad ganadera
– Áreas naturales protegidas
– Captura de CO2
– Fauna silvestre
– Econutrición
– Adaptabilidad y adaptación
– Reciclaje
– Empleo y actividades
– Derecho de los animales
Nos queda bastante tarea en esta materia, pero estamos ante un cambio de paradigma con toda seguridad.
¿Qué podemos hacer? ¿Qué es lo que buscamos? Hay un concepto que está prostituyéndose en muchos ámbitos, particularmente en el universitario, los proyectos de excelencia. La excelencia en su acepción más etimológica como suprema bondad que constituye y hace digna de singular aprecio en su género, es un buen paradigma para las relaciones urbanas-rurales.
Para mí buscar la excelencia en el medio rural:
· Es mucho más que progreso tecnológico o económico. No es que haya banda ancha en todo el territorio rural ni mucho menos. Es mucho más complejo.
· Es participación activa en un paradigma relacional. Que nos sintamos todos partes y compromiso.
· La excelencia necesita un perfil propio y satisfactorio, la identidad.
· La excelencia significa dimensión humana, que seamos personas, no números.
· Aproximación sistémica. La excelencia necesita el tratamiento del sistema en su conjunto, no es la suma de las partes, es la relación.
· Diversidad.
· Capacidad de respuesta, si va a haber cambios necesitamos capacidad de respuesta, si no, no somos excelentes.
· La excelencia necesita inteligencia y valoración del conocimiento. Cuando estamos diseñando un sistema y el conocimiento local, endógeno y exógeno no está en la primera jerarquía mal vamos.
· Equidad. No podemos pensar en soluciones no equitativas.
· Excelencia significa para el medio rural simetría de rentas y oportunidades.
· No puede haber exclusión ni marginación.
· Debe haber permeabilidad cultural, es muy discutible. Ahora tenemos retos en la UE y en el mundo con respecto a sistemas multiculturales y tenemos que tener nuevas formas de relacionarnos con la cultura, con la tecnología, con el campo.
· La excelencia está ligada a los proyectos colectivos
· La excelencia está ligada a regulaciones más simples y próximas, no a regulaciones ajenas y burocráticas.
· La excelencia está muy relacionada con el silencio.
· La excelencia está ligada a la posibilidad de otros ritmos temporales.
· Conectado interna y externamente.
· Excelencia tiene que ser trabajar en red.
· Autenticidad de instituciones y actuaciones. Hay un problema de legitimidad de intermediación institucional increíble, deberíamos tener la habilidad y esto es una máxima ecológica que a veces se olvida, para que nazca algo tiene que morir algo. Hay una crisis de autenticidad de instituciones importantísima en muchos ámbitos.
· La excelencia está ligada a altos niveles educativos formales y no formales.
· La excelencia está ligada a la belleza, a la sostenibilidad, a la calidad ambiental y de los servicios, a la conectividad e infraestructuras, a altas cotas de capital social, natural y económico.
· La excelencia está vinculada a oportunidades de ocio, negocio y empleo, a un territorio lleno de vida.
En cuanto a las claves para construir un futuro de excelencia creo que pasan por:
· La coordinación de las administraciones publicas, es una meta.
· La incorporación de nuevas tecnologías.
· La respuesta a los retos medioambientales, de seguridad alimentaría y de bienestar animal.
· La incorporación a la sociedad del conocimiento.
· La dimensión internacional que se nos olvida muchas veces, necesitamos un espacio de retroalimentación permanente y saber qué está pasando en el mundo entero.
· La aproximación territorial. Entiendo que la nueva Ley de Desarrollo Rural apuesta por esta filosofía. Si vamos a diseñar nuevas generaciones de política habrá que hacerlas transversalmente, con aproximación territorial.
· El impulso al espíritu emprendedor que no significa que se creen nuevas empresas sino propiciar un caldo de cultivo para que se emprenda social y económicamente.
· La receptividad tecnológica.
· Desarrollo de nuevos productos y procesos y los mecanismos de diversificación. Recuerdo que en términos agrícolas se puede sembrar y cosechar diversificación y esto es muy importante.
· Impulso a la creación de capital social y una nueva institucionalidad.
· Complementariedad, subsidiariedad, alianzas, compromiso colectivo y participación activa. Me atrevo añadir que necesitamos complicidad entre las personas, entre las instituciones. Es importante para avanzar más rápido.
· No subestimar la complejidad y la especial naturaleza del proceso de cambio.
· Los cambios tienen altos costes políticos, económicos, técnicos y sociales.
· Hay que hacer una búsqueda constante de pequeñas mejoras.
· Apostar por las personas y el conocimiento.
· Utilizarla vigilancia inteligente y los métodos prospectivos que ayuden a construir un futuro distinto.
· Tomando conciencia y poniendo en valor las externalidades positivas y mitigando las negativas. En este contexto, que necesita un enorme esfuerzo de investigación y desarrollo, es donde están unas de la claves para establecer trasferencias rurales-urbanas equitativas.
· Otro aspecto fundamental establecer metas medibles, alcanzables, dirigidas hacia el valor añadido, con presencia permanente de autocrítica. Se nos escapa casi siempre la autocrítica y hubiéramos avanzado más si hubiéramos estado más receptiva a ella.
· Buscar equilibrio entre la lógica de la conservación y la de la utilización.
· La responsabilidad social.
· Necesidad de ser infinitamente más selectivo con las actuaciones publicas y relacionarlas con compromisos. No es una política de oferta, sino de recurso público para beneficio público y compromisos relacionados con ese compromiso público.